Canción de la semana: Immrama

OILAM TREBOPALA
INDI PORCOM LAEBO
COMAIAM ICONA LOIM
INNA OILAM USSEAM
TREBARUNE INDI TAUROM IFADEM
REVE TRE

En Guarda (Portugal) se conservan unas maravillosas inscripciones, testimonio de ritos y culto a las deidades Lusitanas.

La inscripción de Cabeço das Fráguas está datada del siglo V a.c y describe un ritual muy extendido por toda la Europa antigua. El de sacrificar un número determinado de animales a distintas deidades con el fin de bendecir y purificar la tierra. Estos ritos se han documentado desde Roma donde se conocía como Suovetaurilium y se ofrecía una oveja a Júpiter, un cerdo a Tellus y un toro a Marte. 

Los autores griegos y romanos describieron a los lusitanos como hombres belicosos, indómitos y que preferían la muerte antes que la esclavitud o el desarme. Su destreza en la guerra, en particular la de guerrillas, les ganó de parte de Diodoro Sículo el apelativo de la tribu más poderosa de la península ibérica.​ Su equipamiento guerrero era ligero, comparado por Tito Livio con los peltastas griegos: vestían poca o ninguna armadura, a fin de permitirles la máxima agilidad, y utilizaban como armas principales la jabalina (soliferrum), la espada (gladius hispaniensis) y la honda,​ junto con la lanza de punta de bronce, el puñal y el escudo redondo (caetra). Valiéndose de su movilidad y conocimiento del terreno, ejecutaban emboscadas, persecuciones y escaramuzas con habilidad, y lanzaban alaridos para atemorizar a sus enemigos.

La inscripción se tradujo como:

Una oveja para Trebopala [protectora de la tribu]

y un cerdo para Laebo,

una crinosa [yegua] para la luminosa Epona,

una oveja de un año a Trebaruna,

y un toro semental …para Reve, Señor”

Cabe decir que la zona donde se encontró la inscripción Se ha identificado como la que podría haber alojado las ceremonias funerarias de cremación posteriores a la muerte de Viriato.

Para entender el significado de estos sacrificios y su importancia hay que meterse en la piel de estos pueblos, sin una masificación y sobre explotación de la ganadería como la que actualmente poseemos, cada animal era un tesoro muy preciado para las familias, no solo ofrecían carne, también leche, ropa y utensilios, y no debemos minusvalorar la importancia de la pérdida de uno solo de estos animales. Así pues, debemos entender estos sacrificios como un acto de solidaridad con el resto de la tribu y de fe y respeto en las deidades protectoras.

En una época en la que no había forma de anticipar el clima, ni las calamidades que pudieran acontecer a lo largo de una estación, esta era una de las pocas formas que nuestros ancestros creían conocer para poder aplacar los elementos, esperar buenas cosechas y pocos infortunios.

Para nosotros es una canción muy especial, delicada pero con fuerza. Intentamos evocar la solemnidad y respeto que un momento así exigía, el perder algo valioso en pos de que llegue algo aún mejor.

Y os preguntaréis sobre el significado del título «Immramma», es el nombre que se daba a historias sobre el paso de un mundo a otro, los que traspasaban el velo. Para nosotros tanto el ritual, que pone en contacto un mundo y otro, como el sacrificio de los animales que eran los que finalmente pasaban al otro lado del velo son ejemplos quizás menos heroicos pero sin duda con el mismo valor de otros que representan el «immram».

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